sábado, 19 de abril de 2008

" DE LA NADA Y OTRAS COSAS "






Suponemos, a veces, suponemos,
que hay luces por la noche
y las llamamos estrellas.

Suponemos que las estrellas
nos alumbran por la noche
por eso, suponemos de noche
que la luna es luminosa
como las estrellas pequeñas.
Sí, pero sólo lo suponemos.

-oOo-




No sé qué escribir y escribo. La mano gobierna al cerebro, viaja a su propio antojo por los renglones vacíos, que va llenando de tinta.
Por eso no me gusta escribir si no es con la mano caliente rozando sobre el papel. Porque necesito el contacto de la hoja que voy manchando, y del sonido leve de la pluma que la mancha.
Preciso transmitir al poema, a la carta o al escrito algo de mí y de mis almas escondidas por el sueño, mareadas por el humo, despistadas por el vino, somnolientas por el tiempo.
No sabía qué escribir al principio, pero quería llenar esta hoja de palabras, de pensamientos y del calor de mi mano quizá deseada por alguien y mientras yo mismo le deseo.
La cabeza está vacía, dormida, como desnuda de ideas. La letra es torpe, lenta y estrambótica, pero surge como río imparable hasta encontrar el papel, que soporta sin problemas, que ponga lo que ponga en él.
Me emociona pensar que un montón de líneas, de curvas, de puntos, de garabatos, puedan ser un poema, un discurso, una infamia, una blasfemia. Que con papel y lápiz se puede hacer arte, daño, mentir, pecar, amar, enseñar, blasfemar, merecer, ser ejecutado o ganar un beso, despertar pasiones, erecciones, sonrisas, lamentos, criticas, pasiones y hasta carcajadas.
Riámonos todos juntos de lo bello que es poder escribir y pensar que quizá, algún día, alguien leerá con generosa atención lo que hayamos escrito, si el tiempo, la suerte o el fuego no destruyen antes el manuscrito que contenga lo que hayamos puesto para ser leído.
Resulta grato pensar que puedo rellenar hojas, libros en blanco, cuadernos, libretas o lo que quiera, sin más problemas que el tiempo que me lleve escribirlo; sin embargo, lo más de quienes escriben en tantos otros países han de cuidar, de ocultar, de enmascarar sus deseos y sus ideas y evitar con ello la mirada lacerante de la censura que acabe con sus ideas, con su arte y hasta con su vida.
No se valora sino lo que no se tiene o lo que se pierde, pero a mí me parece tan hermoso escribir con el sólo límite de mi deseo que no puedo dejar de entristecerme al pensar que otras manos no tienen mi suerte; aunque su arte, su experiencia y su ingenio dejen atrás a los míos.

6/12/03




Tú que eres gualda,
como un mar de hiedra,
vestida por el otoño,
muerdes la noche
arrancas el alma
recorres praderas tristes
y en todas mis derrotas
tú sales siempre vencedora.

Acercas a ti mis desafíos
recorres mis miradas
inventas voces distintas
tejiendo colores con la música
a veces ignorada.

-oOo-





Me ocupará la noche
amarga de soledades y triste,
generosa en lamentos y gris
rociada de extrañas tempestades
apagada entre tus recuerdos.

Tengo que mirar al cielo
emular el sonido del sol
querer a mi sombra desatada
urdir telas de araña,
hieráticas y distintas
envueltas en gotas de rocío
rotas de lágrimas perdidas
oscurecidas por la voz silente
de un enamorado muerto,
de un torpe campesino,
que se olvidó ya de su tierra,
que ya no es capaz de segar,
que sólo sabe crear surcos en la Nada.

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Desde los ojos hoy salió tu voz
en forma de gotas de dolor,
de nostalgia retenida
dentro de tus sentimientos,
como brasas encendidas.

De tus dedos hoy
ha surgido la paz por la palabra,
el amor por el quejido.
La voz se hizo silencio,
entre trémula y húmeda,
como apagada y oscura,
narrando amor por amor,
reconociendo el calor inesperado
de una caricia firme y tierna
de una mirada paternal
de una palabra suficiente como ninguna.

Hoy te he sentido tan dentro
has llegado donde nunca lo supuse;
hoy he sido esclavo de tu piel distante
y siento el dolor que te ha surcado.

Hoy sí que ha merecido la pena
el calor por tu ojos propagados,
las gotas de dolor salado recibidas,
renaciendo así otra mirada
hacia un campo de nostalgias y amapolas,
al viento presentadas,
por el frío hechas de sol.


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Esclavo soy de tu voz y tus lamentos
esclavo de tus lágrimas perdidas,
de tus besos deseados, soy esclavo.

Me rindo al calor de tu sonrisa
Y al dolor terso de tu piel.

Soy esclavo de tu gozo
y del sabor sonoro de tus entrañas.

Siendo bocanada profunda
del aire que respiras cada instante
a él someto mi voluntad
dominada por tus manos en mi rostro.

Esclavo soy de tus piernas sin vestido,
de tu torso libre soy esclavo,
y de tu cuerpo desnudo en nuestro
harén
sin más doncellas que tu presencia
sin más amantes que yo mismo.

Esclavo soy de ti, y tú mi esclava,
sumido en mi gozo tu placer,
atravesado el rostro y el calor
por el viento de tu látigo potente,
de tus gemidos en mi piel
de mi voluntad que tu dominas
de mi anhelo por ser eternamente
siervo humillado, tu esclavo fiel.

--o0O0o--


¿Qué es lo que tienes detrás de ti
junto a ti, sobre ti,
incluso dentro de ti
si no eres tú mismo?

¿Qué es lo que sale de tus ojos
de tu voz y de tus ideas
si no eres tú mismo?

Eres la conciencia de los mares,
el sabor de las puestas de sol,
o el sonido de los lirios olvidados.

Eres la capacidad de ser absurdo
de volar sobre balcones solitarios
y no romper con ruido tanto silencio
y no llenar espacios vacíos,
ni ocupar bancos estrechos
o de arroyos beber cuando es que manan.


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Fuerte es el calor de la espiga
que rompe a llorar en grano seco
y emana del candor de su desdicha
el fruto de sus lágrimas extraídas
en la tarde tórrida de verano.

Huele la harina a seco y pobre
y mancha de blanco la mirada
en tanto que el polvo se levanta
en remolinos de soles pretendidos.

El horizonte remonta la mañana
y el sol ciega las llanuras;
perdidas la voz y la mirada
en tiernas piernas y horas duras,
para gozar del pan tierno
y de la leche blanca y recibida.

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Hay que navegar sí, hay que navegar
por mares perdidos de cielos extraños
por sueños de plata que no volverán.

Hay que navegar, sí, recordando,
los nudos de la soga,
las carnes temblando,
por eso hay que navegar
y recoger cristales que flotan
y morder los labios ajenos
y sonreírle a la lluvia sin luna
y contar las sombras de la luna
y saber lo hermosa que es cuando llena
y reírse ante sonidos de burla
y cerrar los ojos porque estamos distantes.

Por todo eso hoy no amanece
y hay que navegar para siempre
de noche, sin luz, sin luna, sin estrellas.

8/04/2004





Así es que seremos voces perdidas
como gotas secas del verano
y el estro retocado y gris
deambulará en nuestras cabezas
doradas por el ocaso impertinente
de los recuerdos entre lunas procurados.

Cabe la ribera de la playa,
en el río hecho meandros
mojaré las manos y los ojos
y rodaré el cuerpo avejentado
hasta llagarlo de nostalgia asaz
y vejarlo con tropos y falacias
hechas por ojos sin mesura
y por lenguas de sierpes rebajadas.

Dejaré la estrofa a medio hacer
para culminar otra batalla
de héroes nubios en tierra extraña,
de cíclopes vencidos por la araña,
de suelos tercos de telas y espadañas.

8/04/2004




Aquel día el sol brilló distinto,
los pájaros hicieron música de sus vuelos
y no me reconocía a mi mismo
mientras mis labios ardieron de alegría.

Agarré con cariño tu cuello
y sentí correr tus cabellos por mis manos,
me miraste sonriendo
y mis ojos no se creían lo que tenían viendo.

Mordiste mis labios
y me regalaste tu primer beso
y desde entonces lo guardo en mi memoria
como preciado tesoro recogido
entre paños perfectos y tules de seda.


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Le he robado versos a la noche
y no me ha dejado recordarlos.
Le he dicho al día que me espere
y se ha hecho de noche sin remedio.
Le he preguntado al tiempo por tu voz
y la espera se ha hecho traicionera,
quemando mi nostalgia de jardines
y enredando en hierbas peregrinas
mi queda desesperación por esos tus besos.

24/05/2004







Las flores son como miradas que me regalas
con el aroma de tu instante
en la presencia de tus labios al besarme.

24/05/2004





Suenan en mi memoria tus sonrisas
y recuerda el pensamiento tu mirada felina
dominando mis misterios,
y te envuelve un halo de majestuosa belleza
haciendo de ti una amazona sin fronteras,
dueña de mi propio espíritu.

Luego la palabra leve te enoja
o un gesto inexistente te crispa
para recobrar de las cenizas del instante
el ave fénix de tu encanto
sin par, señero, perfecto.

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Eh aquí que te escribo
desde el trono del fariseo,
rudo de sentido,
sin corazón, sin pensamiento,
mudo de sensaciones
sin dolor, sin sensibilidad posible.

No me reconozco
no puede ser que sea yo.
Pienso en ti mientras te recuerdo,
me imagino asiéndote con fuerza
con las manos en lo alto de mi precipicio
hasta el que he ascendido con esfuerzo
a pesar de mi cuerpo deforme
de mis movimientos tercamente obesos.

Y surcan el cielo tus palabras
y se me escurre entre las manos
el gesto de tu risa,
como jarra de barro que contiene
un tesoro inefable e increíble
que se me rompe sobre la roca
fría y mojada, sería y gris;
que sé que nunca recuperaré de nuevo.






Poco a poco los días pasan
poco a poco lo que tiene que ocurrir sucede
poco a poco nuestro amor se alimenta
de besos, de palabras, de recuerdos.
Poco a poco todo pasa
se olvidan las cosas
se pierde la memoria
pero tu amor permanece.

8/08/2004